La primera vez que Billy Milligan despertó en una celda del condado de Franklin, Ohio, no recordaba la razón por la que lo habían detenido. El joven de veintidós años estaba acusado de haber violado a tres mujeres en el campus de la Universidad Estatal de Ohio, y su nombre estaba a punto de convertirse en sinónimo de uno de los casos psiquiátricos y judiciales más desconcertantes de la historia de Estados Unidos .
Milligan se observó las manos. Las cicatrices en sus nudillos no le decían nada. Se preguntó cuánto tiempo llevaba allí. A lo lejos, la voz de su carcelero lo extrajo del estupor.
—¿Recuerdas por qué estás aquí, Billy? —No. No recuerdo nada.
La infancia rota del violador
Billy Milligan , nacido en Miami Beach, Florida , en 1955, creció como cualquier niño, aunque la no