La ofensiva del gobierno de Benjamín Netanyahu sobre la ciudad de Gaza y demolerla encadena una serie de efectos, todos graves, también para Israel. Fulmina la chance de una salida diplomática a esta crisis , que no consiste excluyentemente en negociaciones con Hamas.
Están ahí los países árabes pro occidentales, enemigos de esa organización y de su padrino Irán, que plantean una salida multinacional para la guerra. En cambio, este paso promete una extensión imprevisible de la guerra al cancelarse cualquier otra salida. Estrategia sobre la que hay dudas de que sirva, como se proclama, para destruir lo que resta de la banda terrorista o liberar a los rehenes en manos de la organización.
La nueva ofensiva, en cambio, multiplicará la protesta interna por el repudio de la mayoría de la p