La posibilidad de que un terremoto de gran magnitud desencadene un tsunami y, a su vez, provoque un accidente químico en México ha impulsado la creación de un ambicioso proyecto internacional para fortalecer la prevención y la gestión de riesgos en zonas portuarias vulnerables.
Este tipo de escenarios, conocidos como desastres compuestos , han demostrado su potencial devastador en el pasado, como ocurrió en Japón en 2011, y ahora motivan la colaboración entre el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) y la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) para implementar el Proyecto de Reducción de Riesgos de Desastres Compuestos asociados a Grandes Terremotos y Tsunamis (SATREPS 2) en Manzanillo, Colima .
La geografía mexicana, marcada por la interacció