Ciudad de México.– Eran las 7:19 de la mañana del jueves 19 de septiembre de 1985 cuando un sismo de magnitud 8.1, con epicentro en las costas de Michoacán, sacudió violentamente el centro del país, dejando una de las tragedias más dolorosas en la historia nacional.
En cuestión de minutos, edificios enteros se desplomaron, entre ellos hospitales, escuelas, oficinas y viviendas. La capital quedó sumida en el caos: miles de personas atrapadas entre los escombros, familias incomunicadas y servicios básicos colapsados.
El saldo oficial reportado por el gobierno fue de más de 6 mil personas fallecidas; sin embargo, organismos internacionales y asociaciones civiles estimaron que la cifra real pudo alcanzar hasta 20 mil víctimas mortales, además de decenas de miles de damnificados.
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