Hoy no se necesitan ejércitos para sembrar caos: basta una noticia falsa bien diseñada. Vivimos en la era de la guerra informativa, donde la mentira no se lanza con bombas, sino con clics. Las redes sociales y las plataformas digitales se han convertido en un campo de batalla silencioso, capaz de influir en elecciones, sembrar miedo en medio de una crisis sanitaria o dividir a comunidades enteras durante un conflicto. La manipulación de la información se volvió la nueva arma de destrucción masiva: invisible, inmediata y global.

Un problema global y cotidiano

La desinformación ya no pertenece a un país o idioma. Una foto manipulada en un continente puede recorrer el mundo en minutos. Un mensaje reenviado miles de veces adquiere apariencia de verdad aunque sea completamente falso. Y cuando

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