En Tokio, el norteamericano se impuso con 19.52 segundos en una actuación cargada de simbolismo: recreó el kamehameha de “Dragon Ball” y contó su vínculo único con la cultura nipona
"El otaku más rápido". Es fanático del animé, celebra como Dragon Ball y puso Japón a sus pies al igualar un récord de Usain Bolt

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