La industria argentina vuelve a encender luces de advertencia en su tablero. Tras un repunte que se insinuó a partir de marzo, el camino de la recuperación comenzó a mostrar fisuras en julio y, con el correr de los meses, se transformó en un estancamiento preocupante. No se trata de una percepción aislada, sino de un diagnóstico que se respalda en datos duros: tanto el índice Construya, que mide el comportamiento de los insumos para la construcción privada, como los despachos de cemento registraron caídas que rompen con la tendencia positiva de comienzos de año, así lo hizo saber la Unión Industrial Argentina.

El frenazo tiene responsables claros. Las tasas de interés elevadas y la virtual parálisis del crédito están asfixiando a las pequeñas y medianas empresas, que son las primeras en r

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