En el ecosistema digital argentino, la identidad visual de los medios de comunicación se convirtió en blanco privilegiado de la desinformación. Proliferan “placas” y clips que imitan tipografías, colores y rótulos de los canales de noticias para difundir mensajes falsos, mientras que las plataformas aplican con mayor contundencia medidas de downranking, rotulado o penalidades contra publicaciones de medios que reciben una calificación de “falso” o “parcialmente falso”.
La asimetría , lejos de ser una sensación, es una realidad.
Las normas privadas permiten sancionar la manipulación y la suplantación de identidad, pero en la práctica los usuarios que fabrican fakes esquivan con frecuencia un enforcement proporcional .
Cuando la marca se vuelve materia prima del engaño
Como señalábam