Villoro es una de las plumas, y de las voces también, más conocidas en nuestro ambiente literario. Ha encontrado un estilo que lo identifica, al hacerlo, desde luego también lo define.

Tanto en la conferencia como en el texto, largo o breve, hay consistencia y uno se da cuenta que se trata de la misma persona, lo que en particular agradezco.

“La figura del mundo” parece ser un recuento, una memoria, de la relación entre el autor y su padre, el filósofo Luis Villoro. Un manifiesto de amor hijo-padre, un recuerdo que busca ser equilibrado pero que no rehúye el cariño.

Per oes más aún. Se trata de un texto que puede leerse de diversas maneras. Claro, cada quien leemos a partir de nuestras propias experiencias, así como de lecturas previas; pero si bien esto es cierto, también lo es que hay

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