Había una vez una niña que odiaba la sopa y amaba la paz. Y que, con lucidez inapelable, desarmaba el mundo con preguntas. Seis décadas después, Mafalda , esa criatura lúcida y profundamente argentina, sigue despabilando acá y en China . Literalmente.

Clarín Cultura publicó hace unos días una nota sobre la muestra Bienvenidos al mundo de Mafalda , sobre los 60 años (se cumplieron en 2024) de la creación del gran Quino, que se expone en el Instituto Cervantes de Shangai .

Mafalda no es una desconocida en China. Llegó en cuadernillos a mitad de los años 70. Desde el Cervantes de allá cuentan que entró con envión: la tradujo Sanmao , una de las escritoras más leídas hasta las dos décadas siguientes.

El encuentro entre ellas da para un cuento. Sanmao, cronista de viajes -un

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