El presidente del Parlamento de Galicia, el popular Miguel Santalices, convirtió este miércoles en un esperpento sus maniobras para justificar la resistencia del PP a condenar el genocidio en Gaza. Santalices abrió la sesión plenaria con el anuncio de que los diputados y diputadas guardarían un minuto de silencio a propuesta del Partido Socialista, pero no dijo el motivo. Ante la insistencia de la oposición para que lo explicase, se remitió al acuerdo entre los grupos. Nada más. Y las señorías callaron durante 60 segundos. “Estoy perpleja”, le afeó Ana Pontón, líder del BNG, “se guarda un minuto de silencio y no se dice por qué”. Y eso que 20 minutos después, Alfonso Rueda pronunció la palabra genocidio, pero solo para a continuación equiparar las más de 67.000 víctimas palestinas a las israelíes de los atentados de Hamás el 7 de octubre de 2023.

Lo de hoy fue la culminación de tres días de grotescos bandazos de los populares en relación a su posición sobre la masacre israelí de Gaza. Tras bloquear en dos ocasiones -el lunes y el martes- en la Mesa del Parlamento el minuto de silencio por el genocidio que había propuesto el PSdeG y apoyado el BNG, este miércoles lo aceptaron casi por sorpresa. De hecho, así lo confesó el presidente de la Xunta durante la inmediata sesión de control al socialista José Ramón Gómez Besteiro: “Guardamos un minuto de silencio y usted no se lo esperaba, ¿eh?”. A partir de esa jactancia, toda su argumentación se redujo a mostrar equidistancia entre gazatíes e israelíes. De hecho, intentó criticar a socialistas y nacionalistas que no se plegasen a considerar en igualdad de condiciones las víctimas de un genocidio -las palestinas- y sus perpetradores. Y, en uno de sus habituales y más extemporáneos recursos retóricos, los acusó de “querer politizar este asunto”.

Pontón: “La historia los juzgará”

Besteiro dedujo de las palabras de Rueda que el Partido Popular acabó accediendo al minuto de silencio más clandestino de la historia del Parlamento gallego “no por estar convencido” sino para no darle esa baza al Partido Socialista. Y lo lamentó. La nacionalista Ana Pontón se indignó. Aunque en su primera respuesta a la líder del BNG el presidente gallego aseguró, esta vez con todas las letras, que condenaba el genocidio en Gaza, no tardó en insistir en su equidistancia y deslizar que la oposición era complaciente con los atentados de Hamás. “Lo suyo es el sectarismo y la consigna política”, dijo, como si él mismo no se dedicase profesionalmente a la política desde hace casi 20 años. Pontón se revolvió. Señaló la enorme distancia “entre lo que sienten los gallegos y el papel bochornoso del PP”. Y remató con un aviso: “La historia los juzgará, a los que cometen genocidio y a los que se ponen de perfil”.

Las preguntas que la oposición había registrado para la sesión de control versaban sobre las prioridades políticas del Gobierno gallego la del PSOE -que alertó de su derechización- y sobre la precaria situación del sistema de ayuda en el hogar la del BNG. Pero las esperpénticas maniobras de Santalices para tapar la incomodidad de su partido, el PP, a la hora de posicionarse sobre Gaza, relegaron los debates.

Acabada la sesión de control, el servicio de prensa del Parlamento remitió una nota de prensa en la que sí explicitaba las razones del minuto de silencio propuesto por el PSOE: “Las víctimas inocentes del genocidio en la Franja de Gaza y Cisjordania”. Hace 15 días, en el anterior pleno, el Partido Popular ignoró una declaración institucional en el mismo sentido, iniciativa del BNG.