Desde que era pequeña, Sonia siempre se sintió a la sombra de su madre. Pese a que siempre se ha dicho que los hijos van por delante de todo, ella sentía que el centro era su madre y que sus necesidades quedaban en un segundo plano.
Sonia se esforzó durante muchos años por ganarse el reconocimiento de su madre, pero nunca lo consiguió. Según nos cuenta, esta le hablaba mal, la utilizaba para hacer las tareas de la casa y nunca reconocía su esfuerzo.
Con 38 años y después de años independizada, se dio cuenta de que estaba esperando un cambio por parte de su madre que nunca llegaría. Por eso, decidió poner límites y cortar su relación con ella.
"Llega un momento en el que tienes que elegir el contacto cero como forma de autocuidado y de salvarte", nos cuenta Sonia.
Hoy, pese a