En un sentido y multitudinario homenaje, el pueblo de Guarenas despidió a Pablo Antonio Núñez Gil, el emblemático cultor que, durante más de cuatro décadas, fue el corazón y la voz de la Parranda de San Pedro, manifestación declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Desde tempranas horas de la mañana, la comunidad se hizo camino al ritmo de los tradicionales cantos para acompañar el último recorrido de su maestro. Autoridades, parranderos de otras localidades y representantes de todas las manifestaciones culturales del eje, amigos y familiares, se unieron al acto.

El recorrido llevó a la Catedral de Nuestra Señora de Copacabana, donde el párroco Valdemar Gonzales honró en una emotiva misa el legado de quien no fue solo un director, sino el guardián de un

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