El supertifón Ragasa, uno de los más fuertes registrados en décadas, dejó un saldo devastador a su paso por el sudeste asiático. Tras azotar Filipinas y Taiwán con lluvias torrenciales y vientos que destruyeron puentes y viviendas, llegó con toda su fuerza a Hong Kong y la provincia china de Guangdong, donde casi 1,9 millones de personas debieron ser evacuadas.
En la ciudad portuaria de Chuandao, se midieron ráfagas de hasta 241 km/h, récord histórico desde que existen registros.
Hong Kong y Macao: escenas de película
En Hong Kong, las olas superaron la altura de los postes de luz e ingresaron a hoteles y restaurantes de la zona costera. Videos difundidos en redes mostraron cómo el agua arrasaba con mobiliario y estructuras vidriadas. Más de 80 personas resultaron heridas y cientos debi