Para nadie es secreto que la tecnología acapara cada vez más , y donde las prisas del día a día dejan poco espacio para la reflexión familiar, la educación en valores se ha convertido en un desafío urgente . La presión académica, la competitividad y la falta de tiempo a menudo hacen que aspectos como la empatía, la bondad o la gratitud queden en un segundo plano , cuando en realidad son esenciales para el desarrollo integral de cualquier persona.
Los expertos coinciden en que Es ahí donde los niños aprenden no solo a hablar o a vestirse, sino también a reconocer lo que sienten, a relacionarse con los demás y a construir la base de su autoestima y resiliencia. Por eso, cada gesto, cada conversación y cada ejemplo que reciben en casa deja una huella que influirá en la manera en que