
Vaya por Dios, tampoco les gusta que sea un jurado popular quien resuelva parte del horizonte penal -el delito de malversación- de la poli imputada Begoña Gómez. El PSOE dice que la decisión del juez Peinado de mandar a la esposa del presidente del Gobierno ante un tribunal popular es «surrealista». Caramba, lo surrealista no es que el juez, en cumplimiento estricto de la norma que determina que los delitos de malversación sean juzgados por un jurado popular, tome esa decisión, sino que ahora el PSOE y la izquierda la cuestione cuando fue el propio PSOE el que impulsó la ley del jurado bajo mandato de Felipe González con el argumento de que «la ley parte de que el Estado democrático se caracteriza por la participación del ciudadano en los asuntos públicos, y no hay razón alguna para excluirlos de impartir justicia».
El titular del Juzgado Instrucción número 41 de Madrid ha incluido también en este procedimiento con jurado popular a Cristina Álvarez , asistente de Begoña Gómez en Moncloa, y Francisco Martín , actual delegado del Gobierno en Madrid y anteriormente responsable jerárquico de Álvarez en el organigrama de Presidencia por su cargo de secretario general de Moncloa. Tal vez el problema para el PSOE sea convencer a la opinión pública, no ya de que los jueces van contra Pedro Sánchez, sino de que un jurado popular de ciudadanos empadronados en Madrid es un nido de fachas.
Por ahí irán los tiros, pues no hay más que oír a la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez , que ha cargado contra Peinado al pedir, en tono de burla, que llame «a los de la calle Ferraz para el jurado popular», en referencia a los manifestantes contra el PSOE y el Gobierno que se congregaron durante meses frente a la sede socialista para denunciar la ley de amnistía. En suma, los defensores del tribunal popular ahora tienen miedo a lo que decida el pueblo. Fastuoso