Durante más de 242 millones de años , los lagartos y serpientes dejaron sus huellas en el registro fósil , aunque casi siempre en forma de fragmentos dispersos de mandíbulas y vértebras.

El motivo por el cual estos restos son los que prevalecen ha sido un enigma para la paleontología.

Ahora, un estudio liderado por Hank Woolley del Instituto Dinosaurio del Museo de Historia Natural de Los Ángeles , Estados Unidos arrojó luz sobre ese fenómeno, al analizar en detalle la historia de los escamosos , el grupo de reptiles que incluye lagartos, serpientes y mosasaurios.

Cuantificaron por primera vez el sesgo en la conservación de sus fósiles y publicaron los resultados en la revista Paleobiology , de la editorial de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido.

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