Un equipo de científicos describe cómo las células malignas usan “autopistas” de tejido endurecido para expandirse a otros órganos

Desde hace siglos, los médicos saben que un incremento en la dureza de un órgano al palparlo puede ser el primer indicio de un tumor, explica el bioquímico y empresario David Lagares. Ahora, su equipo acaba de demostrar que esa dureza no es solo una señal de diagnóstico, sino que resulta esencial para la metástasis : la propagación de células tumorales a otros órganos, que es la responsable de nueve de cada diez muertes por cáncer.

Alrededor de los tumores emergen estructuras de tejido rígido que funcionan como “auténticas autopistas de salida”, explica Lagares, nacido en Madrid hace 43 años. Las células cancerosas logran anclarse a estas vías, ganan tracci

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