El nombre de Curro Romero, el eterno Faraón de Camas, vuelve a ocupar titulares. A sus 91 años, el maestro de la tauromaquia se encuentra ingresado en el hospital Virgen Macarena de Sevilla tras sufrir una neumonía post-covid, una complicación que mantiene en vilo a su familia, amigos y a toda la afición taurina. Mientras tanto, su imponente mansión de Bellasombra, la joya arquitectónica donde lleva dos años viviendo prácticamente en soledad, aguarda el regreso del torero que ha hecho historia.
Lejos del bullicio urbano, a solo siete kilómetros de la capital hispalense, Romero disfruta desde hace tiempo de su primera “casa de verdad”, un refugio que comparte con su esposa Carmen Tello, quien ha sido su apoyo incondicional en estos momentos críticos. La residencia, de aires aristocrático