El estreno de Carlos Alcaraz en el ATP 500 de Tokio no empezó como él hubiera deseado. Apenas cuatro días después de su participación en la Laver Cup en San Francisco, el número uno del mundo sufrió un susto mayúsculo al doblarse el tobillo izquierdo durante el quinto juego de su partido ante el argentino Sebastián Báez , con el marcador igualado 2-2.

El murciano, que este año defiende los 500 puntos logrados en Pekín 2024, trataba de imponer su ritmo cuando, tras una carrera lateral, apoyó mal y cayó de inmediato al suelo. La escena generó preocupación inmediata: Báez cruzó la red para interesarse por su rival , mientras el juez de silla pedía la asistencia médica. En el Ariake Coliseum se hizo el silencio.

Atención médica y recuerdo de Río

El fisioterapeuta de la ATP entró rápidamente en pista para vendar la zona afectada y dar mayor estabilidad a la articulación. El propio jugador, aún con gesto serio, comentó a su banquillo: “Lo noto, en algunas situaciones no, pero en otras me duele” . La imagen del tobillo vendado recordó inevitablemente a lo sucedido en Río de Janeiro 2024 , cuando un esguince de grado 2 en el pie derecho lo obligó a abandonar en su estreno contra Thiago Monteiro.

Siguió, pero con precaución

A pesar del susto, Alcaraz decidió continuar en pista. Aunque no mostró señales de dolor constantes, se le vio más prudente en los movimientos laterales y evitando gestos forzados. Con 5-4 en el marcador, tras lograr un break que lo adelantaba en el set, la lluvia obligó a suspender momentáneamente el duelo y cerrar el techo retráctil. Ese parón permitió al murciano pasar por vestuarios y ser evaluado de nuevo por su fisioterapeuta personal, Juanjo Moreno .

Un golpe en plena lucha por el número uno

El percance llega en un momento clave de la temporada. Alcaraz defiende una renta de apenas 760 puntos sobre Jannik Sinner en la clasificación ATP, con toda la gira asiática en juego y el bonus de un millón de dólares que reparte la ATP a quienes logren sumar títulos en distintas superficies durante el año. La preocupación en su equipo es evidente: cualquier contratiempo físico podría comprometer su liderato en un calendario muy exigente.

Entre la incertidumbre y la esperanza

Aunque continuó sobre la pista, la gran incógnita es si el tobillo aguantará la carga competitiva de un torneo que apenas empieza y que lo podría llevar a enfrentarse a rivales como Frances Tiafoe, Casper Ruud o Taylor Fritz . La afición japonesa, entregada a la figura del español, lo despidió entre aplausos al retirarse momentáneamente a vestuarios, consciente de estar presenciando un capítulo que podría condicionar la recta final de la temporada.

El recuerdo de Brasil aún pesa en la memoria de Alcaraz, pero esta vez el deseo del número uno es claro: evitar que un tobillo lo aparte de su gran objetivo, seguir sumando títulos y defender la cima del tenis mundial .