No siempre te enamoras de una persona, sino de una promesa. De la ilusión de sanar a través del otro lo que no pudiste curar en ti. Y a veces, esa ilusión tiene forma de abandono, de crítica o de salvación.

Marian Rojas Estapé lo define con precisión quirúrgica: “Tu herida reconoce al que puede volver a abrirla”. Y así, en nombre del amor, tu niña interior vuelve a llamar a la misma puerta , esperando un final distinto.

Hay heridas que no sangran, pero deciden por ti y se disfrazan de química, destino o esa chispa que te hace temblar las rodillas. Esto no es amor, es reconocimiento y puede arrastrarte al mismo ciclo una y otra vez.

Herida 1: Abandono, el imán del que huye

Para Rojas Estapé, una de las heridas más comunes es la de abandono . Surge cuando en la infancia sentiste q

See Full Page