El expresidente francés Nicolas Sarkozy está al borde de la prisión tras ser condenado a cinco años de cárcel por los vínculos con el régimen del fallecido dictador libio Muamar Gadafi (1969-2011) que, según la sentencia, financió la campaña que le condujo al Elíseo en 2007.
Se trata de la sentencia más severa pronunciada contra el que fuera presidente de Francia hasta 2012, y que ya fue condenado a penas de prisión en otros dos casos anteriores, por corrupción y tráfico de influencias, y por la financiación ilegal de su campaña de 2012.
Esta vez, el tribunal ha dado un paso más y ha afirmado que el delito es más grave porque “perseguía obtener una corrupción al más alto nivel” y conseguir “beneficios de un dignatario libio condenado por terrorismo”.
La sentencia coloca a Sarkozy en el