La formación y el mantenimiento de un buen deportista se debe hacer en el marco de lo humanamente posible, para que sus condiciones sean las mejores al momento de presentarse en las distintas competencias. No solo desde el punto de vista físico, sino también desde lo emocional, una situación que debe estar supervisada por los expertos de su equipo de trabajo, quienes deben estar atentos, prestos, y siempre a la disposición de accionar el favor de ese ser humano, que con sus actuaciones convoca a que cada día se sienta admirado por una cantidad importante de personas.

Un deportista según la Real Academia Española, es una “persona que practica algún deporte, por afición o profesionalmente.” Es una forma genérica de definir quienes hacen, realizan o están inmersos en la actividad deportiva.

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