En los últimos años, el yogur casero ganó terreno en las cocinas. Lejos de ser una moda pasajera, se convirtió en una alternativa valorada por quienes buscan cuidar su salud, ahorrar y reducir el consumo de ultraprocesados.
El atractivo principal está en el control de los ingredientes. A diferencia de los productos industriales, que suelen incluir conservantes, colorantes y azúcares añadidos, el yogur hecho en casa se prepara con lo básico: leche y fermento.
Otro punto clave es la salud intestinal. Al elaborarlo sin procesos que alteren las bacterias beneficiosas, el yogur casero conserva probióticos que favorecen la digestión. Y la cuestión económica también pesa. Preparar un litro de yogur en casa suele ser mucho más barato que comprar varias unidades en el supermercado.
Cómo lograr u