Los científicos han desvelado que el sueño surge de la comunicación entre los sistemas reguladores del cuerpo, del cerebro y de la multitud de microbios que viven dentro nuestro, especialmente de la microbiota intestinal.

Un hallazgo reciente suma un elemento inesperado al misterio del sueño, que podría llegar a resolverlo: componentes bacterianos en el cerebro parecen fluctuar según la hora del día y el historial de sueño, y podrían participar en la regulación fisiológica que nos hace dormir.

Investigadores de la Universidad Estatal de Washington, en Estados Unidos, midieron niveles de peptidoglucano (PG) , un constituyente de la pared celular bacteriana, en distintas zonas cerebrales de ratones y hallaron variaciones marcadas vinculadas al ciclo descanso-vigilia y a la privación de

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