Para salir del paso, al ministro Caputo se le ocurrió gastar una bala que algunos consideran de plata. Recurrir a las exportadoras de granos con un incentivo que indicó la urgencia de la hora tras una semana en la que se habían dilapidado US$ 1.100 millones para sostener el tipo de cambio.

Así bajaron a cero las retenciones, y en tres días aparecieron lo que se habían propuesto: US$ 7.000 millones y el mercado calmó su ansiedad al bajar la presión y el precio de la divisa.

En la intensidad de estos días, apareció además la queja explicita de los productores de soja de EE.UU. señalando que Trump estaba apoyando a Argentina para que venda soja barata a China. Y se hizo sentir el tweet del secretario del Tesoro, Scott Bessent dando a entender que había que reimplantar las retencione

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