Cada día es más difícil llevar a cabo la tarea periodística fundamental de recopilar datos y verificar información. También es cada vez más peligroso.

En la primera mitad de 2025, el clima de hostilidad hacia los periodistas empeoró hasta alcanzar niveles nunca vistos en décadas, lo que refleja una escalada coordinada de violencia, intimidación y censura.

El tejido social se desgarra día a día como parte, en muchos casos, de campañas deliberadas y calculadas para socavar los hechos, que son la base de nuestra realidad compartida. Ya no es necesario demostrar que los hechos son falsos, basta con difamar sin descanso, sembrar dudas y lanzar conspiraciones. A menudo, los algoritmos de las redes sociales se encargan del resto.

Para la Agencia France-Presse, una agencia de noticias internaci

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