Yvaya que lo encontraron.

Framber Valdez , el zurdo dominicano que había cargado con el peso de una racha personal de siete derrotas en nueve salidas, se plantó en el montículo con la determinación de un lanzador que ya no tiene nada que perder. Siete entradas después, su línea de trabajo —una carrera, siete hits y diez ponches— era el cimiento perfecto para que Houston rompiera no solo su mala racha, sino también una maldición de siete juegos perdidos consecutivos ante Oakland.

"Sabíamos que Framber podía dar la vuelta a esto. Cuando lanza con esa mezcla de sinker y curva, es casi imparable" , comentó un scout anónimo desde las gradas.

Pero el héroe silencioso de la noche llevaba nombre mexicano: Isaac Paredes . El hermosillense, de 24 años, conectó dos hits clave que impulsaron

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