El 7 de junio, cuando Miguel Uribe Turbay fue herido de muerte por un menor de edad en un parque al occidente de Bogotá, los precandidatos presidenciales entendieron que la política en Colombia volvía a jugarse con chaleco antibalas. Desde el siguiente día buscaron la manera de cuidarse más. No faltaron las llamadas a la Policía y a la UNP, dirigida por Augusto Rodríguez, para que les aumentaran el esquema de seguridad. No faltó tampoco la búsqueda de protección particular.
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Las imágenes de los precandidatos en la calle haciendo campaña así lo demuestran. Por ejemplo, Abelardo de la Espriella no sale sin un chaleco antibalas encima. Así se le vio en su más reciente correría que hizo en Cali comiendo chontaduro y preg