El sismo dejó ruinas, víctimas y un cambio urbano profundo que llevó a abandonar el estilo colonial por tendencias republicanas europeas.
En la madrugada del 22 de mayo de 1834, exactamente a las 3:00 a.m., Santa Marta vivió uno de los desastres naturales más fuertes de su historia. Un terremoto de magnitud 6.4 sacudió la ciudad y gran parte de la Costa Caribe colombiana, llegando a sentirse incluso en Cartagena, Mompox, Riohacha y hasta Maracaibo, Venezuela.
El impacto fue devastador: cerca de un centenar de edificaciones quedaron en ruinas o inhabitables. Entre ellas, la Catedral Basílica de Santa Marta, considerada una de las joyas coloniales de la ciudad, sufrió daños estructurales severos. La iglesia de Santo Domingo se derrumbó por completo, y el hospital de San Juan de Dios tambié