En referencia a la entrega total a la causa Palestina del Apolo de la Moncloa, leo: «Activa a sus bases, compromete a su izquierda y monopoliza la parrilla informativa, pero sobre todo intenta recuperar fortaleza moral». Lo dice Joaquín Manso, director de «El Mundo». Hombre, la fortaleza moral está bien, es el uniforme que ansía incluso Ábalos, pero las madres sanchistas, casi como madres judías, le susurran al Apolo cuando se acerca al pueblo lo que el blindaje permite: hijo, tienes que ganar peso. Se refieren al peso corporal, claro. Recuerdo ahora el viejo chiste de la madre judía que ve llegar a su hijo ensangrentado, gritando «me muero, mamá», y ella dice: «Bien, hijo, pero ¿has cenado?». Ahora que el Apolo ha trasladado la guerra de Gaza a las plazas de España como un mago de la ge
El diario de Amilibia: ¡Vuelve a los torreznos, Apolo!

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