Alison Calfunao ingresó a una clínica privada de Neuquén para una ligadura de trompas que debía ser una cirugía menor , pero durante la intervención sufrió dos paros cardiorrespiratorios que derivaron en un trasplante de corazón. Su familia asegura que la clínica no contaba con las condiciones necesarias para afrontar complicaciones graves.

La investigación judicial está a cargo de la fiscalía de Andrés Azar, que analiza la responsabilidad de dos profesionales y de la institución médica. Los abogados de la paciente sostienen que hubo fallas graves en el control del quirófano y que se omitieron medidas básicas de seguridad.

“ Me dejaron sola en el quirófano, hicieron lo que quisieron conmigo ”, relató Alison en diálogo con radio AM550. La mujer señaló directamente a un ginecólogo

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