-¿Qué le preguntaría a Roald Dahl si lo tuviera delante?
-Me gustaría saber de dónde sacaba la fuerza necesaria para mantener una actitud tan firme hasta el final sobre las masacres en Líbano en 1982 del ejército judío. Pese al escándalo que provocó mantuvo su posición, incluso enfrentándose y provocando a la gente con declaraciones antisemitas. En ese momento, declararse antisemita era más peligroso o menos aceptable de lo que es hoy. Aunque sigue siendo inaceptable hay que separar: una cosa es el antisemitismo y otra cosa es estar contra la política del gobierno israelí.
-Dahl habló muy claro y nunca se retractó.
-Pese a las muchas presiones que sufrió, Dahl no cambió de opinión. Por eso me gustaría saber qué debió sentir cuando al cabo de un tiempo de su muerte, sus hijos y nietos se