La hormona de crecimiento es esencial para la fuerza muscular y ósea y contribuye a regular los niveles de azúcar y tejido graso en el organismo y el déficit de la misma en los niños puede provocar un crecimiento lento desde edades tempranas, dando como resultado una estatura más baja de la esperada para su edad y sexo, mientras que otros síntomas pueden incluir una relativa mayor adiposidad, un menor tono muscular, disminución de la mineralización ósea y, en ocasiones, la erupción dental tardía.

Los síntomas del déficit de hormona de crecimiento en los niños suelen comenzar temprano , como en el periodo neonatal, o -más frecuentemente- en la infancia, con retardo en el crecimiento y la consiguiente baja estatura. La terapia de reemplazo con hormona de crecimiento fue durante décadas el

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