La inteligencia artificial (IA) está transformando la forma en que las ciudades inteligentes gestionan el tráfico urbano, permitiendo un control más eficiente y dinámico. Mediante el uso de sensores, cámaras y algoritmos de aprendizaje automático, los sistemas de IA pueden analizar en tiempo real el flujo de vehículos y peatones. Esta capacidad de análisis permite ajustar los semáforos, desviar rutas y anticipar congestiones, reduciendo significativamente los tiempos de viaje y mejorando la experiencia de movilidad para los ciudadanos.

Además de optimizar la circulación, la IA contribuye a la seguridad vial. Al detectar patrones de comportamiento de los conductores y condiciones anormales en las vías, estos sistemas pueden alertar de accidentes potenciales o peligros en la carretera. La i

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