Cuando me dijeron que el eje de esta presentación es “el otro” inmediatamente se me vinieron a la cabeza varias imágenes, y precisamente por eso voy a comenzar por la más insólita que es al mismo tiempo la más simpática y entrañable. La hermana de Friedrich Nietzsche y su marido encararon un emprendimiento yerbatero en Paraguay en el último tercio del siglo XIX. Dice la leyenda que don Friedrich probó el mate y le gustó. Qué hermoso pensar que pudiese haber escrito las tremendas páginas de Zaratustra o su ensayo sobre la tragedia griega mientras se tomaba unos verdes. La punta de la bombilla se hundiría bajo esos enormes bigotazos de cepillo y lo acompañarían en la ardua reflexión sobre una escritura de fuego.

Tomo esa misma imagen y ahora me traslado en el tiempo para aplicarla a

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