Decenas de delegados de diferentes países abandonaron la Asamblea General de la ONU cuando el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu , comenzó su intervención, en una acción simbólica de protesta.
La escena fue notoria: al iniciar Netanyahu su discurso, la sala quedó prácticamente vacía, pues muchos representantes se pusieron de pie y se retiraron.
No está claro si la medida fue coordinada previamente, pero se estima que cerca de un centenar de delegados participaron en la manifestación diplomática.
En simultáneo, el gobierno israelí decidió que el discurso de Netanyahu fuera transmitido en la Franja de Gaza mediante altavoces instalados en camiones desde el lado israelí de la frontera.
Según su oficina, dicha instalación se realizó en coordinación con agencias