La curiosidad mató al gato, pero a la cantante mendocina le dio otras 8 vidas para mutar de género en género, navegar entre fantasía y realidad y moverse con la inquietud de un animal salvaje.
Dicen que la curiosidad mató al gato. Pero también le dio nueve vidas. Desde su refugio en un sexto piso de Palermo, afirma sin rodeos que es "una gata humana, cien por ciento". Y, aunque la declaración no admita pruebas, algo es innegable: si llegó hasta acá es porque todavía le quedan algunas de esas vidas por gastar. Escapó de la violencia familiar en Mendoza, estudió astrología durante más de siete años, trabajó como cocinera para Francis Mallmann y como instructora de yoga, dice que llegó a convivir con 17 gatos a la vez y hoy es, sin discusión, una popstar andrógina y autodidacta .
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