El Gobierno, los sindicatos y los privados ya están alistando el terreno para las negociaciones del salario mínimo para 2026, en medio del temor de los empresarios de que este termine definiéndose por decreto.

Los sindicatos tienen altas ambiciones, especialmente porque se trata del último incremento que estará a cargo de una administración de izquierda como la de Gustavo Petro, que dejará el poder en agosto del próximo año. Se trata de un aumento previo a la campaña presidencial de 2026.

Por eso, ese sector no desaprovecha cualquier encuentro informal con los funcionarios del poder Ejecutivo para hacer saber sus pretensiones con esa cifra que impactará de forma directa la inflación y el costo de vida de los colombianos.

Esta semana, durante la radicación del proyecto de ley promov

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