La raíz del problema que ahoga el mercado inmobiliario español no reside tanto en la demanda como en la incapacidad de generar una oferta suficiente para cubrir las necesidades reales de la población. Las cifras son elocuentes: durante 2024 se levantaron en España cerca de 87.000 viviendas nuevas, una cantidad que se queda muy corta frente a las 160.000 unidades que los expertos estiman necesarias. Esta carencia crea un déficit estructural de oferta que tensiona los precios de manera continua.

De hecho, este desajuste se agrava al analizar el parque de vivienda social. España se encuentra en una posición de notable desventaja en comparación con sus vecinos europeos, ya que la representa apenas un 2,5 % del total. Se trata de una distancia abismal con Europa , si se observa el 30 % que

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