Son ya meses que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en sus comparecencias mañaneras, está a la defensiva y reacciona con desesperación y enojo ante las preguntas de los periodistas, a pesar de que buena parte de los que asisten a estas son afines al Gobierno.

Ella no proyecta la imagen de una jefa de Estado, en control de la situación, sino a una política acorralada y en crisis. En estos últimos meses son cinco los temas que articulan su comunicación a la defensiva.

Asumirse como víctima. Ella y su Gobierno son víctimas de los medios, de los periodistas y de todos aquellos que quieren que su proyecto fracase. Estos “critican y calumnian”. En su gestión no existen errores o fallas sino sólo la crítica perversa e injusta que forma parte de un complot de sus enemigos. Dice también, es p

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