Hay una escena que está siendo habitual en las oficinas. Andrea saca de su cartera unas gotitas y se las coloca en sus ojos: " listo ¡ahora a ver mejor! ", exclama. Rápidamente la acción se torna tema de conversación mientras sus compañeros se sirven la primera taza de café o preparan el mate. "Un amigo también se las compró, está felíz ", asegura uno de los integrantes de la charla y desde el otro lado le responden: "a mi no me gustan, se me pusieron los ojos rojos y no me cambió nada".
Unas simples gotas podrían cambiar la forma en que las personas con presbicia ven el mundo . Se trata de la Pilocarpina , una molécula conocida por los oftalmólogos desde hace décadas, pero que ahora vuelve recargada: en una nueva formulación y en dosis más bajas, permite recuperar la visión c