El estado de Texas ejecutó con inyección letal a Blaine Milam en la cárcel de Huntsville por matar en 2008 a la beba de 13 meses de su exnovia durante un “exorcismo”.
“Quiero agradecerles especialmente a todos por su amabilidad, compasión, empatía, amor, apoyo y por creer en mí(…) Jesús, llévame a casa”, fueron las últimas palabras de Milam, de 35 años, según indicó la agencia de noticias AFP.
Sus abogados intentaron detener la ejecución alegando discapacidad intelectual, pero los tribunales rechazaron las apelaciones.
Milam también insistió durante años en su inocencia y señaló a su exnovia Jesseca Carson como responsable del crimen. La mujer fue condenada en un juicio separado a cadena perpetua sin libertad condicional por complicidad en el asesinato. Los abogados de Carson argument