CAMPECHE, CAMP. Tras meses de penar entre escombros y la incertidumbre, la icónica Palapa B del mercado 7 de agosto se levanta de sus cenizas como el ave fénix, devolviendo la esperanza y el bullicio a los locatarios.
El aroma a mariscos frescos y el sonar de los cuchillos afilándose vuelven a ser la banda sonora de un espacio que, después del devastador incendio el pasado 24 de enero y una larga reconstrucción, promete revivir no solo la economía local, sino también el espíritu de una comunidad que se negó a rendirse.
“Antes vendíamos todos pegados, casi no había venta, poca gente acudía porque no había un espacio en el que pudieran comprar cómodamente”, relata Doña Wendy Caballero, con una sonrisa que ilumina su rostro curtido por el sol y el esfuerzo. Ella, como muchos otros, experim