De Juan Urdangarin apenas se sabe nada. Siempre en un segundo plano, ha querido mantener un perfil discreto, casi invisible, mientras sus hermanos acaparaban titulares, especialmente Miguel e Irene Urdangarin. Pablo se convirtió en el portavoz involuntario de la familia tras la separación de sus padres; Miguel e Irene han estado viviendo en Zarzuela el año pasado; pero Juan, el primogénito, decidió seguir su propio camino lejos del ruido mediático. Instalado en el Reino Unido desde sus años universitarios, apenas se deja ver, salvo en ocasiones contadas como el funeral de Constantino de Grecia, donde acompañó a su madre.

El mayor de los Urdangarin no lo ha tenido fácil. Fue el primero en soportar, en carne propia, la vergüenza pública que rodeó a sus padres durante el caso Nóos. En su

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