Cuando la presión ya era notoria y el ambiente se empezaba a hacer irrespirable fruto del mal inicio que seguro que Gabi no esperaba, como dijo, ni ningún zaragocista, el madrileño dio claramente con la tecla en el momento más difícil y en una amplia revolución que le salió bien para que el Real Zaragoza lograra ante el Mirandés el primer triunfo. Por fin estrena ese casillero, lo que debe serenar ánimos y calmar aguas, porque el túnel ya no es tan negro. De momento, el Zaragoza ya duerme hoy fuera del descenso.
En esa revolución para afrontar el duro choque en Vitoria ante el Mirandés tras la pésima cara de Ceuta ,tomó decisiones drásticas, en el dibujo reforzando el medio, en los nombres, con la sorpresa de Marcos Cuenca, de notable irrupción, y la esperable, por su rol que no por el b