En el horizonte de la capital nariñense se recuesta una silueta majestuosa: la de un león dormido que vigila en silencio a la ciudad. Es el volcán Galeras, conocido en lengua quechua como Urcunina, la montaña de fuego, y para los pastusos como su gran guardián.

A solo nueve kilómetros de Pasto, este coloso de más de 4.200 metros invita a una travesía en la que el senderismo se convierte en experiencia espiritual. Los caminos de Achichay y Frailejonal conducen al visitante por paisajes de frailejones, bosques de niebla y riachuelos transparentes que parecen sacados de un sueño. La bruma envuelve al caminante, mientras el páramo revela su silencio milenario.

En sus faldas, las lagunas Negra, Mejía y Telpis reflejan el cielo y guardan leyendas ancestrales. Son espejos naturales que, más que

See Full Page