La noche prometía drama, y no decepcionó.

En la novena entrada, con el marcador empatado a tres carreras, Ceddanne Rafaela se plantó en el cajón de bateo. El dominicano, que minutos antes había rozado el Monstruo Verde con un cuadrangular frustrado, conectó un triple explosivo contra la pared del jardín central. La pelota resonó como un disparo, mientras Romy González, quien había abierto la entrada con un sencillo, corría como alma que lleva el diablo para anotar la carrera del triunfo.

"Sabía que tenía que hacer contacto sólido. Cuando vi la pelota pasar al outfield, solo pensé en empujar a Romy" , confesó Rafaela después del partido. Sus compañeros salieron en estampida del dugout para recibirlo, conscientes de que ese hit cerraba no solo el juego, sino una sequía de dos años s

See Full Page