Resultó más que evidente que el oficialismo fue el principal opositor a sí mismo en el proceso que culminó con el apabullante cachetazo de las elecciones en PBA . Al error de nacionalizar innecesariamente la campaña -en un rapto de exaltación juvenil y amateur- cuando el gobierno del inepto Kicillof ofrecía tantos flancos para atacar y destacar, se sumó la inoportuna y solapada discusión interna entre sus seudoestrategas y armadores, y los audios, reales o no, operados o no, que fueron tan mal manejados por LLA con argumentos contradictorios, confusos y cambiantes.
A esto debe agregarse el triunfalismo que es la impronta y el alimento del partido, que a cada paso se convence de que es el mejor del mundo, de que sus logros son únicos no sólo en el país sino en el planeta, argumento que fu