Investigadores han desarrollado sistemas robóticos colaborativos que se comunican entre sí para planear tareas complejas en conjunto, como asistir en almacenes automatizados o intervenir en zonas peligrosas sin supervisión constante.
Estos robots usan redes neuronales de grafo y aprendizaje por refuerzo para adaptarse dinámicamente a cambios en su entorno, distribuyendo trabajo o replanteando rutas sin intervención humana directa.
En aplicaciones prácticas, se han probado enjambres de robots que colaboran para mapear incendios en bosques, penetrando humo denso para recopilar datos tridimensionales con alta resolución. Esa información puede apoyar las labores de bomberos y reducir riesgos.
En el ámbito manufacturero, robots coordinados pueden realizar ensamblajes complejos con alta preci